Ya se me hacía bien pinche tarde para una cita que tenía, mi pareja (le digo pareja porque no estamos casados y vivimos juntos con nuestro bebito) iba conmigo. Después de mucho batallar porque para variar, aquí en Tijuna llueve tantito y la gente olvida cómo manejar, así que entre los choques y la gente que no sabe poner direccionales tratamos de mantener la calma: no iba a llegar a tiempo.
No subimos a un uber y el tipo agarró a propósito un camino congestionado a pesar de que le dije 4 veces (las conté) que no tomara esa ruta pero ''me lo dice el gps'', sí, idiota, pero yo que voy a ese lugar te digo que chingada madre no vayas por allá. Total que nos bajamos. Ahora a esperar otro uber o didi, o taxi libre. En palabras de mi amado ''un taxista de esos que se meten entre los carros al bravazo es lo que necesitamos para que llegues a tiempo'' dijo después de que tres conductores cancelaran nuestro viaje. Y sí.
De la nada aparece un señor con corte tipo mullet, listo para salvarnos de ese infierno llamado La jauja. Como si nada fue pasando obstáculos, cual cuchillo partiendo mantequilla. Y así en el trayecto nos íba contando que estuvo casado con una gringa, fue deportado, luego se casó de nuevo y luego ya no, sin más, en un semáforo en rojo, se giró hacia nosotros y dirigió la mano hacia la parte de abajo del asiento de copiloto, sacando... una cocacola de medio litro de vidrio y de inmediado la abrió con el destapador en sus llaves.
''¿Gustan? Tómenle, no sin miedo que no contagio'' Amablemente agradecimos el gesto pero declinamos la oferta. La narración continuó, diciendo que la ciudad había cambiado tanto, al tiempo que yo me moría de la pena al ver la hora.
Pues no, llegué super tarde, mi pareja fue hacia correos a mandar un paquete, yo, pese a tener un C.V. bastante interesante, no fue suficiente y perdí el trabajo. Por algo pasan las cosas. Al final de cuentas, lo mejor del día fue salir de la entrevista e ir directo a encontrarme con mi noesposo para juntos ir un rato al pueblito y fumar un porro, beber una caguama y luego... tal vez una coca de vidrio bien helada.
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