Ahí vamos 2.0

He tratado de escribir, de publicar, pero como que las palabras no me dejan satisfecha del todo. Entonces lo procrastiné, luego estuve ocupada terminando, por fin, la carrera (créditos, prácticas, eso que dejé para lo último) y los asuntos del trabajo. Así que, pese a que todo ha estado en calma, no he podido escribir nada. Cuando decidí hacerlo, mi computadora murió llevo semanas sin mi equipo :( planeo comprar una, todavía no sé cual, pero sé que será pronto, espero que sea pronto. 

Me limito a usar cualquier computadora disponible ya sea en la uni o el trabajo, además de aprovechar al máximo mi teléfono, ese fue uno de los grandes aciertos que he hecho, es un equipo muy bueno y la compañía telefónica es de lo mejor (no, no es telcel, ya nos divorciamos).

Pero nada se me ocurre más que contar que... todo va... bien, sí. Digamos que estoy en modo automático, zona de confort, no tan confort, pero si estoy cómoda. Tengo menos pendientes, pero aún me muero de ganas, ardo en deseos inmensos de huir de la ciudad a... a donde sea, quiero solo escapar un rato, un par de... días, semanas tal vez, bueno, con un par de días me conformo.
Es que en serio, ¿por qué de pronto las cosas se vuelven aburridas? Necesito emocionarme genuinamente, sentirme en serio entusiasmada por algo, es que les juro, terminé de ver por enésima vez todas las temporadas de Desperate Housewives y por lo menos viendo la serie me mantuve entretenida de mis dudas existenciales, ahora veo Grace and Frankie. 

Ah, claro, que no puedo cerrar la boca para guardarme opiniones y me he pasado de curiosa, sin embargo, ¡al carajo!, por lo menos ya no soy tan hiriente, solo digo lo que pienso maquillado con humor y sutileza, por supuesto, con alevosía y ventaja, como debe ser.

Lo mejor de noviembre fue escaparme una noche completa a otra ciudad, entre torbellinos de emociones y viejas amistades, justo después de uno de los momentos menos memorables y más extraños del año con una de las personas menos esperadas, juro que fue tan... random, que es mejor fingir demencia y olvidarlo. Es que fue mi boca la protagonista, escupiendo en estado de ebriedad razones innecesarias, opté por actuar como adulto y solo pasar la página. La escapada de la noche siguiente salvó ese fin de semana totalmente.

Al final ya, a ver en qué momento me escapo, de nuevo y de día para turistear en algún lado.

Au Revoir!!


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1 Comentarios

  1. Me gusta cómo escribes y eso tómalo en cuenta, pues también nos debe provocar satisfacción sin perder nuestra modestia.
    Un abrazo.

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