Piloto automático

Entre panorámicas de la ciudad y litros de café, siento que no me he esforzado por nada. Tal vez no me explico, a lo que voy es a que me dejo llevar por la corriente, opté por no insistir en nada, solo hago lo que surja, paso los días trabajando en una u otra cosa, hago lo que me corresponde, pero ya sin el ímpetu sediento de comerme cada pedazo de oportunidad.

No se trata de estar confundida, es claro que me siento de nuevo en el confort del piloto automático, no me he arriesgado en nada, ni el aspecto amoroso (ese menos que en cualquier otro, por el clásico pánico). Sé que escudarse no ayuda, pero por ahora no hay más crisis, solo esa calma que busqué durante un tiempo.

Por supuesto, de vez en cuando me resulta deprimente mi soledad, pero al final dicen que la paciencia es una virtud, ya vendrá mi momento. Obvio, no quiere decir que no haga nada más, la cuestión es que me limito a mi desarrollo y hacer lo correcto sin saltarme un solo paso, así, disfrutando con calma. 

Entre las ventajas de la calma, está el hecho de que no me he refugiado en comer por ansiedad, hace rato que no estoy ansiosa.

Y sobre pilotos automáticos, mi blog a veces lo está, pero, ¡ya van oficialmente 8 años de blog!

Es posible que escribir a menudo en un blog durante 8 años no me hace ser una escritora, ni un ser interesante, pero al menos yo me siento orgullosa, es el proyecto más largo que he tenido, es totalmente mío, es mi espacio, es como un hogar virtual hecho por mí y para mí, de alguna manera es... es agradable, es perfecto, y me imagino que quienes llevan un rato por estos lares lo podrán entender.

Sigan escribiendo, ¡no más abandono blogger!

Eso es todo.
La audiencia de septiembre 2017

Au Revoir!!

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