Miércoles con M de Mala Suerte

Y resulta, resulta que ayer fue uno de esos días en los que esperas que del cielo caiga la caca de perro. Por  la mañana suenan mis 5 alarmas, si son menos no me levanto ni de broma. Seguí la rutina: baño, lavar cabello, acondicionador, enjabonar y enjuagar, secar; volver al cuarto, dejar capítulo de Papá Soltero de fondo (altamente importante), poner crema hidratante, maquillaje super básico, ropa, zapatos, lavar los dientes y... y se acabó el tiempo, apenas si alcanzan los 2 minutos restantes para tomar mi capuccino de un solo trago y darle una mordida a mi taquito de huevo con jamón.  



Sin embargo, no podría faltar ese bucle temporal que convierte cinco minutos en cinco segundos y al final ya iba con 5 de retraso (no, no mental). Apenas si había cerrado la puerta tras de mi cuando escuché el sonido característico del camión Altiza*... y ahí me convertí en Usain Bolt, para mi ¿buena fortuna?, el conductor me esperó. Me dispuse a recuperar el aliento y fue cuando descubrí que había tomado la ruta equivocada, esa iba para Blvd. Insurgentes y Macro, no para 5 y 10 por Blvd. Díaz Ordaz... Tuve que bajar en clinica 27 para tomar un taxi rojo.

En el taxi comenzó un momento tan tenso que de recordarlo se me eriza la piel: el chofer se detenía en cada semáforo en verde, yo tan estresada no me aguanté las ganas de decirle con la voz más tímida del repertorio:

 -Oiga, aquí no se va a subir nadie y aparte está en verde, ya vámonos ¿no?

-Pos no... está en rojo- respondió el hombre con acento chilango una vez que volteó hacia el semáforo.

-Sí, pero igual está a media calle, ¿no?...

Me dí cuenta de que el sujeto dejaba a los pasajeros casi una cuadra antes del lugar en el que pedían bajar, aparte iba hablando por teléfono y sin olvidar su música banda a todo volume. Sin paciencia, me contuve lo humanamente posible pero mi reloj marcaba ya las 7:50, pedí bajar en el banco Banamex, ese banco está en una parada oficial, o sea, no hay problema porque ahí se supone es válido dejar pasajeros. Pues el muy cretino se detuvo media cuadra antes, ¡ya no aguanté más!

-En el banco Banamex, dije- recalqué con la voz más mamona del repertorio.

Silencio...

-¡Chingadamadre cabrón!, ¡me dejas media cuadra antes, carajo!, ¿estás sordo o qué?- dije con el acento de norteña sangrona que me sale cuando me enojo.

Tenía tanta prisa que le aventé el dinero y azoté la puerta, casi la rompo ¡así se hace! 

Y de nuevo me convertí en Usain Bolt para alcanzar asiento en el taxi hacia UABC que ya se iba, sin éxito, claro. Bueno, llegué 10 minutos tarde, pero mis compañeros estaban tranquilos cada quien en el chisme, ya me acerqué a las niñas con las que platico y no, no había llegado la profe. Y no llegó...

Pensé en los $45 que gasté para llegar a tiempo... a eso se sumaron 15 de un taxi al centro y 10 para un agua (me moría de sed). Con el corazón roto, me tomé el agua y fui a los taxis que van para el centro de la ciudad. Ahí comenzó la verdadera mala suerte.

Con mis finanzas en números rojos, dije ''bueno, tomaré un camión que sale más barato, aprovechando que hay tiempo'', subo y le pregunto al chofer:

-Buenos días, ¿si pasa por los tacos ''El Francés''?- sonriendo y resignada a dejar atrás lo demás.

-Buenos días. Sí señorita, paso por ahí.

-Gracias.

Me acomodé en un lugar junto a la ventana y donde probablemente no me pegaría el sol, con los lentes puestos me dejé llevar por el cansancio para caer en los brazos de Morfeo durante el camino. Quienes viven o han vivido como yo, sabrán que las siestas en un camión son de lo mejor, es la verdad, sin preocuparte por nada. 

Abrí los ojos a mitad de camino para checar cuanto faltaba para llegar, vi una farmacia Roma, una tienda Elektra... creo que es el Soler, bien ¡a dormir otro rato! Cansadísima me confié del camino. Ahí va la Jous dormidota. Me despierto cuando mi ''sexto sentido'' me avisa que ya casi estoy en mi destino, pero ¡Oh sorpresa! Acostumbrada a ver el mar y sentir la brisa salada sobre el rostro, lo que vi fueron casitas amontonadas, calles mal hechas en un cerro y el aroma a sudor de un par de pasajeros ¿¡Dónde estoy!?

Sin perder la calma, respiré y me dije ''A ver, Jous, no pasa nada, los camiones toman rutas diferentes al taxi, este pasa por colonias raras''. Esperé, malamente, a que avanzara un poco mas y llegara a un sitio ''conocido''. Y quedé esperando porque solo había cerros y casas mal planeadas, senderos inhóspitos de la ciudad. Mentiría si escribiera que no estaba fascinada por ver uno de los tantos caminos aún sin descubrir (por mi) de la ciudad, ¡qué belleza se encuentra en estas colonias sin diseño de empresas inmobiliarias, sin la mano empresarial que solo sabe hacer miniaturas dignas de un Liliputiense!

No obstante, damas y caballeros, todo se tornó más y más cholo, personajes casi salidos de la película ''Sangre por Sangre'' subían y bajaban del ochentero vehículo. Cual Delfín Quishpe, dije ¡No puede ser Dios mío, Nooooooooo!


Y entonces ya solo había una señora en el bus, que se bajó, y el chofer me dijo:

-¿Y uste' pa' ónde va, mija?

-Yo voy para playas, le pregunté al subir si pasaba por los tacos ''El Francés'' y usted me dijo que sí.

-Pos sí, pero pos yo pensé que a los del francés que están por -inserte sitio que no recuerdo por el coraje-, pero pos a Playas yo no voy.

-¡Pero le dije!... ¿¡dónde es aquí!?, ¡yo no conozco este lugar!, ¿Dónde estoy?- 

-Pos estamos en Cumbres (que sí escuché de este lugar, pero jamás me pregunté pa' dónde quedaba).

-¿Y qué tan lejos de Playas está? (Tan babosa yo)

-¡Uy, mija, está lejos! Playas queda pa' aquél lado, pero pos no... tendrías que irte hasta el centro, tomar otro camión en la base, que sale como en 1 hora. O también pasan por Soler o Periférico, más cerquita.

-¿Y dónde puedo tomar uno que me deje en Soler o Periférico?

-Ahí- señalando al frente- Esos pasan por Soler y Periférico, te dejo ahí-

-Pues ya qué...

Con cara de Grumpy Cat y sin dignidad, bajé para subir a otro taxi. Entonces llamo a las personas con las que me vería, enciendo los datos en el maldito teléfono dañado y veo que ya no era necesario dar la vuelta hasta Playas... ¡Su p...madre! 

-Disculpe, ¿dónde puedo tomar una calafia para 5 y 10?

-Por acá pasan todos- respondió el amable caballero- Ya le cambiaron los planes, ¿vedá'?

-Sí- sonreí, bueno, por lo menos me ahorré la ida a Playas, pero en transporte ya había gastado $83 en taxis y camiones... $93 si incluyo los $10 del agua.

En 5 y 10 recordé que entre los tantos pendientes estaba la realización de un video para un amigo que hace sus pininos en la política, como tenía unas dos horas de tiempo muerto antes de ir a mi trabajo en el estadio de los Toros de Tijuana, pensé en llamarle y ver si podía verlo. En el intento por hacer la llamada una batalla contra mi teléfono inició: el touch sin funcionar y para variar sin señal, le quito la batería, enciendo y apago tantas veces como sea posible... ¡odio mi vida!

Sin hacer más larga la historia, la pantalla touch del teléfono enloqueció, se abrían y cerraban aplicaciones, el teclado se activaba y desactivaba, se mandaron mensajes sin asunto y/o con texto copiado, se marcó a casi todos mis contactos y hasta a uno de mis ex... ¿dignidad?, señoras y señores, después de tanto, ya no sé qué es eso, lo mío, lo mío son los malos entendidos.

Por un momento me deprimí, porque de alguna manera siempre me pasan este tipo de cosas, puede ser gracioso ahora, pero estar en situaciones así no es agradable. Claro, lloré un rato desde el asiento al final en el camión a 5 y 10. Me sentí tan sola, tan tonta, a lo mejor la gente como yo está destinada a batallar para todo, es más, para entrar a la universidad batallé (sin dinero) y ahora para salir es lo mismo, por eso tampoco tengo novio, ¿qué persona quiere estar con un ser que irradia mala suerte, aparte gordo, chaparro y feo como yo? Bueno, no pasa nada, luego me calmé y encontré lo risible en el asunto.

Hasta el final medio funcionó el teléfono y hablé con mi amigo. Lo vi, planeamos el video, de ahí me fui al estadio, ¡gracias al cielo llegué temprano!

No, no acaba todo aquí. Al llegar al estadio mis gastos en transporte eran de $107, $117 con el agua.

Deprimida de nuevo al ver el gasto y pensar en cómo le haría para volver a mi casa, respiré hondo para llegar con una sonrisa al trabajo. Como había tiempo muerto, fui al campo con mis compañeros, uno de ellos quería que los jugadores firmaran su pelota de béisbol, claro, ¡yo lo que quería era otra foto con mi adorado pitcher Mark Serrano!

Mark Serrano es un príncipe, ¡no me importa si suena cursi!, ¡es un príncipe ante mis ojos!

Logré tomarme otra foto con él, y lo abracé, las oportunidades hay que tomarlas, ¿qué no?

Eso alegró mi día gris y solitario (bueno, todos mis días son solitarios de hecho). Por fortuna ganaron el juego mis Toros de Tijuana, ¡tomen esa poblanos! 

Al final me retiré sin quedarme a platicar, el camino a casa sería largo. Me tocó caminar desde el estadio hasta el Blvd. Simón Bolívar, a veces camino hasta mi casa, pero estaba tan cansada y ya era muy tarde, así que esperé en un Oxxo que está en una esquina bastante iluminada para pedir un Uber que (gracias al cielo) saldría barato.

Mientras esperaba pasaron varios malandrines, ahí fue cuando pensé que si tuviera novio quizás iría por mi o sino tuviera carro me acompañaría como a otras chicas... pero luego recordé que ninguno de mis ex me acompañó a ningún lugar y bueno, iba a dar lo mismo. Pero una patrulla se estacionó frente al Oxxo, el policía estuvo viéndome unos minutos, yo pensé ''Solo falta que me arresten por estar parada aquí''

-¿No llega tu Uber, mija?- con acento norteñísimo.

-Se está tardando...- respondí, amable, como debe ser.

-A ver...- Se acercó a ver la pantalla y pues sí, el uber tardó un par de minutos. No se fué hasta que llegó, amable el puerco.

En fin, llegó el uber, luego yo a mi casa, luego yo me aventé sobre la cama y repasé el día... 

Total: $144 en transporte público y uber.
        : $10   en una botella de agua.

Por eso odio vivir tan lejos de todo.
Por eso odio tener tan mala suerte.
Por eso odio no poder ahorrar...
Por eso...
Tecate, por ti.

Revisé mensajes, puse las 5 alarmas y lista para otro día sin vivir...

¡Gracias al cielo no pisé caca de perro!

Y si preguntan, no, no comí, eso fue lo peor de todo, ¡tan triste!

Hoy ya tenía dinero, tenía, porque al final... al final le presté a alguien peor que yo y... total, yo ya estoy acostumbrada a batallar, ¿qué tanto es batallar un poco más?

Au Revoir!!

Pd.: Mark Serrano, si ves esto, ¡gracias por alegrar mi pésimo día!, fuiste una luz entre tanta oscuridad.

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4 Comentarios

  1. ¡Cómo te pasan cosas en tu vida!... Por mi lado yo busco encontrarme con la gente y algunas personas pareciera que esperan un palabra, otra voz, otras ideas o emociones.
    Un abrazo.

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    1. Soy demasiado torpe, ese es el detalle jajaja Pues encontrarse con la gente es agradable, todo depende del momento. Saludos y un abrazo!!

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  2. Bueno, de esos tipos de días tengo yo uno si y otro también...
    solo que he aprendido a tomármelo con deportividad

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    1. Es que a veces no se está con el humor para tolerarlos, te llegas a preguntar ¿en serio se va a repetir? Luego hay quienes lo hacen parecer todo tan sencillo, que ya no sé ni qué pensar jajaja Saludos!!

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