Casarse o no casarse: El gran dilema

Durante la adolescencia se consolida la personalidad: si vas a ser un amargado o un simpático adulto, es en ese momento en el que completas tu formación. Igual que sucede con el caracter, los gustos se consolidan también, de una u otra manera todos conservan rasgos y preferencias adoptadas durante esta etapa.

Conforme pasa el tiempo te desarrollas a distintos niveles y pese a lo que suceda, seguirás tu propio camino: tarde o temprano seguirás. 
Tantos conocidos que eran casanovas, tantas conocidas que eran la típica niña tímida o arrogante se terminaron tragando sus palabras y formando hogares a temprana edad. Los que no, ahora justo en su punto (mitad de los veintes) comienzan a plantearse el ''sentar cabeza'', que suena horrible la descripción pero así se dice. Esos que se negaban ahora han encontrado a su contraparte y se juntan para estar como pares en sus viajes, carreras, procrear. 

Entonces los que lo van (vamos) aplazando (sin razón específica) y no prestábamos atención a los hechos, ahora volteamos a verlos: nos han dejado atrás, ya no habrá salidas, festejos irresponsables sin fecha de caducidad, porque tienen sus obligaciones y no precisamente laborales. Así van uniéndose al grupo de los fuera de juego cada vez más personas y cada vez menos estaremos del otro lado de la línea: observándoles con cierto temor, con cierto recelo, con curiosidad.

La realidad es que por más que escapes llegara un momento en el que no puedas huír, llegará el momento en el que no funcionen los planes de escape y ese mundo te atraiga como imán.

Y por más argumentos sobre el sexismo en los matrimonios, procreación, relaciones: así es en el mundo animal, así es en el mundo humano. Matrimonios gay, familias compuestas, unión libre, padres/ madres solteras/os, todo encaja, todos toman un camino.

Sin discriminar, así llega la hora a todos de alguna u otra forma. Pero el escapismo sigue al alcance de todos, ¿elegirlo o no?

Es como esa fiesta en la que todos bailan y tu sigues sentado en aquél rincón.

Ese es el dilema, porque por una parte podrías elegir el escapar y vivir a tope... ¿y qué pasará cuando ya no quieras una vida a tope? Shakira lo hizo algo grande, pero Shakira es Shakira...

¿Será buena idea ir a esas citas a ciegas con esos ''prometedores'' candidatos a compañero?

En este punto ya no buscas un compañero que se marche en la siguiente vuelta, ahora buscas el compañero de viaje hasta el final de la ruta.

¿Y si alguno funciona?

¿O debería seguir aplazándolo?

Me acerco a los 26, tengo 4 años para pensarlo...

¿Por qué pasa tan rápido el tiempo? Siento que apenas ayer tenía los 16...

Por ahora, creo que lo mío es mantenerme al margen, demasiado complicado para mi paciencia. Tampoco quiero estar sola siempre, espero que no tarde tanto en conocer al indicado. En fin.



Au Revoir!!

Publicar un comentario

2 Comentarios

  1. Yo ya decidí que si el amor no llega antes de los 30 lo voy a dejar pasar, después de los 30 ya no tengo ganas de batallar con alguien, o si el destino lo quiere que me acerque a alguien ya conocido para que no sea tan latoso... yo no se, igual tengo 4 años para saber que pasará.

    Saludos!!!

    Nota: Soy avecilla pero sin entrar a mi cuenta D:

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que sí, como que te acostumbras, a mi se me hace una batalladera el empezar a conocer a alguien, de flojerita perder el tiempo si va a ser lo mismo de ''apenas estamos viendo que onda'', ash de flojeraaaaaaaa.

      Saluditos y pues, ya veremos mujer, cual de las dos se compromete primero o no :p

      Un abrazote! :)

      Eliminar