La lluvia me ha inspirado


Ahí va, la estabilidad vuelve con calma, a lo mejor solo es costumbre. De esas veces que duele algo, como si todos los días, cada hora, cada minuto te aquejase un dolor de muela/oído/brazo, yo qué sé, un dolor que siempre está y de tanto sentirlo uno ya ni le toma importancia. La herida abierta y tú ni en cuenta.


Hago lo normal, todo va bien, pero sé que está presente, no es que piense todo el tiempo, porque me distraigo cada día un poco más. Pero de repente, en algún punto una brisa me lleva en un viaje de recuerdos a ese torbellino de mi alma, mi torbellino tan maldito y despiadado. 

Ya ni me preocupa, como el dolor que menciono al principio, así el torbellino, la costumbre hace que ya no importe si duele o no. Ese torbellino, como una musa, me ha llevado a escribir y concluír obras que no imaginé tan perfectas, único y él sin saberlo. Vientos van y vienen, son del diario e igual inspiran, pero nada tan mágico como los torbellinos que logran un desorden tan perfecto que tanto cuesta reacomodar, porque para volver al orden se necesita de otro torbellino igual o más especial. 

Espero sentada y con mi taza con café en mano.

Hoy la lluvia es constante y helada, pero al igual que el llanto, purifica la ciudad y el alma, es hermosa la lluvia en Tijuana.

Salud por el torbellino, ¡salud por esos torbellinos que nunca volverán! :)

Au revoir!

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