Punto de sutura y final

Pues no les he comentado mucho de mi, ¿cómo me ha ido?

Me gusta comentar lo que siento en este espacio, me hace sentir que no terminaré volviendome loca sola con mis demonios internos. Pero hay algo que de verdad quiero compartirles y no, lejos de lo que se puede pensar, no siento pena alguna por revelarlo.

Llega un momento de paz, un momento de calma en el que uno puede creer que todo es lindo, que todo es perfecto, pero necesitamos pequeñas dosis de realidad. Yo soy una persona soñadora, dice mi madre que aunque por fuera soy una mujer ''muy bien desarrollada'', por dentro sigo siendo una niña tierna y soñadora. Tiene razón, soy una soñadora, idealista y romántica empedernida.

Hace dos noches terminaron conmigo. Me parece injusto, ¿quién decide de la nada que las cosas no van bien?, ¿por qué dañar a la otra persona de ese modo? 

Les contaré sobre esa relación: comenzó de modo inesperado, ya lo conocía (al menos eso pensé) y sentí que era sincero, su mirada me inspiró confianza y vi en nosotros la probabilidad de que naciera ese bello romance que tanto he anhelado. Más que el romance, siempre quise una relación estable. Buscaba alguien con quien compartir mis momentos y que compartiera los suyos conmigo, alguien en quien pensar cuando algo sucediera, ya saben, esas veces que pasa algo fuera de lo común y siempre piensas en alguien para contarle, un cómplice de la vida. Buscaba alguien que pensara en mi, alguien que siempre tuviera ganas de verme como yo a él, alguien con quien escaparme unos minutos al día, alguien que con solo hablarle iluminara el día más gris y sentirme en casa... 

Desde el principio noté como mis esperanzas se iban abajo: él era tan distante, tan frio, dolorosamente frio. Pero mi optimismo me llevó a pasar por alto cada pequeño detalle, pasé por alto sus comentarios negativos sobre las personas, sobre la pobreza, sobre el romanticismo: para él era estúpido el romance, nunca le importó como me sentía al respecto, me lastimaba un poco más cada día. 

A veces no podíamos vernos, pude con eso, pero después me cansé, yo deseaba verlo por lo menos un momento. Mi optimismo me llevó a pensar que estaba muy ocupado y me daba pena molestarlo, pero luego descubrí que mentía, que tenía tiempo libre pero no deseaba pasarlo conmigo. Cuando le pedí explicaciones deformó totalmente las cosas de modo que yo terminaba siendo la mala de la historia.

Decidí documentarme en los temas que le interesaban, cambié aspectos de mi estilo de vida, para verlo cancelé tantos planes con amigos y laborales. Sin resultados. En navidad me dejó sola, en año nuevo igual, no tienen idea de lo mucho que me dolía ver como otros pasaban el momento con sus parejas y yo sola, yo con alguien que me hacía sentir sola. Aunque al final es irrelevante lo que pase con otros, así que preferí no pensar en ello.

Cada que salía con él terminaba lléndome sola a casa, en el camino lloraba, ¿por qué lloraba?, ¿por qué gastar mis lágrimas?: por que en el fondo sabía que él jamás iba a apreciar mi cariño, él solo pensaba en sus ''grandes sacrificios'' para verme, en lo mucho que le exigía. Siendo realista cualquier otra mujer lo hubiese mandado al carajo, nunca fue tierno de verdad. A veces intentaba ser dulce y me apartaba de él, solo se fijó en mis defectos, para él era irrelevante si me pasaba algo porque al final solo lo que pasara con él era importante, yo no importaba porque yo no tenía las ocupaciones que él, porque yo no era él. Incluso fue imposible bromear un poco con él, si le hablaba con un apelativo cariñoso o bromeando como ''que tonto eres'' lo consideraba un insulto, la confianza poco a poco se iba, me sentía cada vez más incómoda con él y más insegura, me hacía sentir que era estúpida e inferior.

Me pidió tiempo un día porque no nos habíamos visto desde el 31 de diciembre y canceló nuestra primer cita del año. Yo estaba al límite de mi paciencia, agotada, entonces le reclamé por no hacer el mínimo esfuerzo para vernos, se supone que eso hace cualquier hombre enamorado ¿no? Pero él no hizo nada, simplemente dijo que no estaba para reclamos y que no tenía derecho a quejarme, que no era comprensiva. Durante ese tiempo me deprimí tanto, lloré días, noches, ni siquiera tuve apetito, me enfermé por tanto estrés. Él no respondía mis mensajes y yo sentía que me moría. Para mi ya nada tenía sentido y con esa tendencia que los enamorados tenemos a pensar con el corazón y no con la cabeza, me rendí y estuve dispuesta a convertirme en la novia perfecta para él, en su ideal, decidí dejar de lado mi estilo de vida y comenzar a ser como él, ¿estúpida? no, idiota sí.

En menos de una semana me volví experta en meditación, devoré libros y artículos en internet sobre el tema, sobre astrología, sobre Hitler, sobre la Revolución Rusa, sobre todo lo que era de su interés. Estaba dispuesta a luchar por lo nuestro, alguien debía ceder y supe que como él no lo haría yo sí. Sonreí y me dediqué a documentarme, conseguí muchos libros, incluso compré un libro en especial para él que me había tomado un mes conseguirlo, pensaba entregárselo en un momento especial, tomé mucho tiempo planeando el momento justo para contarle sobre lo que tenía en mente hacer, sobre los cambios en mi vida y por supuesto entregarle ese regalo especial como símbolo de mi amor hacia él, sí, muy cursí.

Volvimos, hace poco, todo parecía ir bien. Estaba tan entusiasmada por comenzar de nuevo. Mi mejor momento está pasando, en el plano profesional todo va perfecto y creí que con él las cosas también. Pero como no puedo dejar de ser tan idiota, tan soñadora, tan ilusa, ¿por qué no le hice caso a los pequeños detalles?

Después de ese tiempo que nos dimos él estaba distante, ya no era lo mismo y acepté que iba a llevarnos unos días para adaptarnos a la relación. Él jamás me llamaba por teléfono cuando no nos veíamos, nuestra comunicación siempre era chat de FB, y tampoco es como para decir que compartía su día conmigo, porque era yo la tonta que le platicaba todo. 

Lo ví este sábado y todo al parecer era bueno, sentí tranquilidad y felicidad de ver cómo las cosas iban mejorando, él fue muy dulce y yo pensé que el mal momento ya estaba en el pasado. Entonces llegó el momento de poner día y hora para ir a comer, pasar un buen rato y por fin entregarle ese libro, creo que me emocioné más de la cuenta.

Pero él decidió que debía terminar. Me dijo que no estaba a su nivel ni intelectual ni espiritual, una sarta de idioteces para justificar el hecho de terminar. No me dió tiempo para nada. Me humilló, me hirió, me descepcionó totalmente de una y tantas maneras. A él jamás le importó lo nuestro, él solo quería ser él, porque se siente el centro del Universo, porque es arrogante... su egoísmo lo tiene cegado, porque es incapaz de ver lo que tiene frente a sus ojos además de ser un inepto para reconocer sus errores y para reconocer lo que otros hacen por él porque piensa que si alguien hace algo por él no es motivo para estar agradecido ya que es lo menos que deben hacer pués él es un ''futuro emperador'', un tipo carente de humanidad al parecer, alguien sin la capacidad de ver lo positivo de las cosas y momentos.

Siempre supe que era un insensible, pero jamás imaginé que llegara al grado de ser tan cruel conmigo. Me tiró como trapo usado, limpió el piso con mis sentimientos y luego los arrojó al cesto de basura. ¿Por qué nos enamoramos de personas así?, ¿acaso no hay un método para evitar ser lastimados por gente sin escrúpulos?

Si me preguntan, claro que me duele y seguirá doliéndome. Pero ya no como antes, no voy a derrumbarme como hace poco, está vez estoy tranquila y se que voy a superarlo. Ayer por un momento perdí totalmente la fé y la esperanza de llegar a encontrar el amor, pero no me importa, porque si bien soy una ilusa idealista, una cursí, una romántica empedernida y soñadora, ¡no me importa!, porque sé que cometí el error de entregarle todo mi amor a un ciego y sé que es probable que lo siga haciendo y aún así no voy a perder mi fé en el amor. No pienso dejar de soñar con encontrar a mi amor ideal, voy a encontrarlo o él me encontrará a mi y seremos felices, y estaré viendo esto como una anécdota más, uno más en mi lista de errores.

Afuera habrá alguien buscando a una idealista romántica como yo, tengo fé, porque no tiene sentido el dinero ni la inteligencia si no tienes la capacidad para amar sin estar juzgando y tratando de educar constantemente a quién te ha ofrecido su amor. Ojalá él encuentre su mascota ideal.

Au Revoir