El raro


Hace ya unos años, en mis 18 primaveras, trabajé (los lectores de antaño habrán de recordar) en una tienda de calzado deportivo como vendedora. Donde aprendí el arte de vender utilizando un buen argumento. 
Pero no haré hincapié en las ventas, sino en alguien, en : el raro...

El raro es un chico de mi vecindario, muy, muyrealmenteraro. Es muy alto, casi dos metros y muy delgado con espalda encorvada sin olvidar su cabello sesentero. El físico no es del todo importante cuando de una buena actitud se trata, digo ¿cuántos no hemos salido/conocido a gente físicamente atractiva que pierde todo encanto al descubrir una personalidad acartonada o detestable?

Pues el raro...

El raro intimida, intimida porque cuando habla todo aquello que sale de su boca no tiene sentido alguno.

Lo descubrí cuando por casualidad él estaba charlando con un amigo al que por aquel entonces yo frecuentaba casi al diario (trabajaba en la papelería de atrás de mi casa). Mi amigo y yo hacíamos comparaciones musicales algo estúpidas como "¿qué hay en común entre Chalino Sánchez y David Bisbal?", mientras nosotros bromeabamos, el raro permanecía en silencio. 

Luego comenzamos a hablar sobre planes, mi amigo nos contó que iba a entrar al ejército y yo que moría de ganas de entrar a UABC, llegó el turno de el raro y dijo "que weba jaja, no yo no, me salí de la prepa porque quiero andar de party, además mis papás me siguen dando dinero, no ocupo estudiar ahora". Imaginen, cinco minutos hablando con él y solo sabía decir cuantas cervezas había bebido y argumentar la gran flojera que estudiar le provocaba. Y se sabe que muchos no tienen la oportunidad de continuar sus estudios, pero trabajan y salen adelante, para el raro el trabajo no era una opción.

Es curioso, porque sus hermanos trabajan y estudian, él permanece siendo un nini.

Sin embargo, aquí viene lo interesante: un buen día, era mi hora de descanso, entonces mi estómago exigió comprar una torta de la Torta Plaza (la de plaza Carrousel), que ni estaba tan buena y luego fui a la michoacana (una paletería y nevería) a comprar un agua de horchata que por cierto me causo nauseas debido a mi intolerancia a la lactosa. Estaba todo bien, yo comiento en una mesa para mi sola cuando...

-Hey, ¿qué onda?- dijo aquella voz terroríficamente conocida.

-Que onda- respondí sin mucho entusiasmo.

-¿Y qué haces?
"Volando, por supuesto", pensé.

-Pues es mi hora de comida.

-¿Neta, trabajas?, ¿dónde?

-Allí... - señalando la tienda de enfrente. Gran error...

-Orale...

-¿Y tú qué andas haciendo por aquí?

-Vine a comprar unos tenis, quiero unos puma que acaban de salir, estos ya están pasados de moda. Los voy a colgar en un cable de luz, se van a ver bien perros.

Dí un vistazo a sus bonitos vans casi nuevos y sentí rabia.

-Que bien...

-¿Y hasta qué hora sales?

-Depende, a veces a las 8:30 y otras a las 9:00, si llegan muchos clientes.

-Que weba, no se como puedes trabajar jajaja

-Ya me voy, me toca entrar, luego nos vemos.

Por fortuna la conversación terminó.

Al día siguiente, yo me disponía a ir a casa y al salir... ahí estaba el raro.

Una semana entera, se acercaba la hora de salida y el raro estaba esperándome. Mi madre se burlaba al contarle lo sucedido y cada que yo llegaba a casa ella me recibía preguntándome "¿y que dice mi yerno?".

Afortunadamente pronto me cambiaron de sucursal y terminó la pesadilla por un tiempo. Mis compañeras de trabajo hacían bromas al respecto, era horrible...

Dos años después, yo había logrado entrar a UABC, mi gran sueño hecho realidad y mi vida ya nada tenía que ver con el calzado deportivo.

Pero el raro apareció en el festejo del día del estudiante, y no crean que estaba en UABC, no, él sigue siendo nini. Yo iba con mis amigos y me lo topé de frente, lo saludé, cruzamos palabras y mis amigos no perdieron tiempo para comenzar a echarme carrilla.

Mi amigo llegó a contarme que al parecer yo le gustaba...

De terror...

¡Soy un imán para tipos altos y raros!

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3 Comentarios

  1. Una Helgaaa! jajaja siempre atrayendo a gente q no es de nuestro agrado ni a kilómetros de distancia, ¡qué suerte la nuestra!

    Saludotes!

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  2. Tu amigo no era raro mas bien era flojo jaja.


    Saludos

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  3. Presiento que será el amor de tu vida...
    jajaja...

    Su.

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