Sospecho que te amo, que te quiero y que perdí el juego. Sospecho que el mundo brilla más, sospecho que tus ojos se han vuelto mi alegría. Sospecho que te pienso a cada instante y que me muero sin verte. Sospecho que perdí. Sospecho que estoy enredada en sentimientos que hace poco detesté y admito, muy a mi pesar, admito que soy muy feliz cuando tu estás. Sospecho que estoy loca, que volví a caer, pero hoy será distinto. Porque sospecho que vale la pena sentir esto por ti. Sospecho que ya no intentaré huir. Sospecho que estoy atrapada y en el fondo yo no quiero escapar. Sospecho que te quiero para mi. Sospecho que si te acercas estaré tan nerviosa que diré una tontería, que si me miras evitaré tus ojos y huiré de ti. Sospecho que viviré soñando con tus gestos, soñando contigo, en silencio junto a ti. Sospecho que me perderé en la fantasía de estar a tu lado. Sospecho que solo dormiré cuando estés aquí. Sospecho que prefiero discutir contigo a entregarme a alguien más. Sospecho que aún sin conocerte igual te querría. Sospecho que derrotaste torbellinos, sospecho que eres la paz que ya buscaba. Sospecho que tus brazos son mi hogar. Y lo sospecho porque te amo y soy feliz con saber que eres mi compañero en tristezas y alegrías...
Y sospecho que ha acabado mi vida en agonía. La excepción a toda regla, la improbabilidad...
Mí Improbabilidad.
Au Revoir!!
Pd.: Verano de cursilería, porque a veces este témpano de hielo se derrite tantito.
2 Comentarios
¡Vaya exposición la tuya! Supongo que los varones hacemos un esfuerzo por tener más certidumbres que sospechas. O tal vez las ocultamos pues en estas cosas y mucho más concibo que somos iguales.
ResponderEliminarLeeré otra vez tus sospechas.
A veces es mejor dejarlos con la duda para generar más interés, aprovechando su curiosidad natural, jejeje.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo!!