¿Qué puedo contar?
Estoy en un momento de menor expectativa. No puedo decir que en plena tranquilidad pero tampoco que estoy igual que antes. Sigo con mis labores de siempre, el desahogo ha llegado a mi vida,
Apenas si he tenido tiempo para pensar y la semana de vacaciones que tuve se fue volando entre dormir (que buena falta me hizo), lavar algo de ropa y vivir mi romance.
Sin embargo, un acontecimiento importante que me gustaría compartirles es que por fin tuve mi acto académico en la universidad, ya saben, esa ceremonia en la que usas toga, birrete y estola. Íntimo el asunto, lleve a mi familia, tomé fotos, me tomaron fotos y no, no me caí al recibir la constancia ¡gracias al cielo!
Esto me ha llevado a ver lo cruel que puede ser la gente, más que cruel, es que hay personas tan mal vibrosas. He recibido comentarios como ''te felicito, que bueno, me da gusto'', pero también del tipo ''apenas, hasta ahora'' o indirectas de personas que se han graduado antes. A mis amigos cercanos les permito hacer mofa del tiempo que me ha llevado terminar esta carrera, pero uno sabe muy bien cuando la intención es solo ser cruel. Entonces pienso, todas esas personas a las que al parecer no les agrada que haya demorado en terminar, no recuerdo haberlas visto con dinero en mano para pagarme la inscripción cada semestre, tampoco pagando mis pasajes o alimentación. Si tardé en terminar fue por el factor económico que en dos ocasiones me orilló a dejar el semestre a un lado para trabajar, creo que no me he esforzado por algo tanto como con esta carrera y si tardé, no me arrepiento, porque me sabe tan bien el ver que mi esfuerzo ha tenido frutos, luché por un objetivo y lo cumplí.
Por otro lado, han fallecido dos compañeros de la facultad: a uno lo mataron, tuve clases con él, fuimos compañeros y amigos; la otra fue un chica, desconozco la causa de su muerte, no tuve clases con ella, pero era parte de la comunidad UABC Humanidades. De alguna manera he pensado en ello, ¿qué está pasando? Somos tan frágiles, vivimos inmersos entre nuestro día a día que olvidamos ser más amables, nos dejamos llevar por sensaciones negativas y rencores. Ser joven no garantiza estar fue de peligro.
Ahora, pienso en mi forma de actuar, no soy una persona fácil de tratar pese a que algunos digan lo contrario. Me frustra cuando no logro calmarme y me molesto con los que amo. Definitivamente no soy la única, veo lo afortunada que soy luego de algún tipo de confrontación. Hay que a gradecer a la vida (o a Dios o al destino según la creencia) por el momento de paz.
En este momento impera el silencio, solo la música baja y el susurro de la respiración de él me acompañan. Duerme tan tranquilo que no me apetece moverme para no perturbar su sueño, quizás me acurruque a su lado una vez que termine de escribir. ¡Qué afortunada soy al coincidir con un compañero tan imperfecto como ideal!
Y es que este instante es valioso. Duerme tan tranquilo, ¿acaso sabrá que aún me tiemblan las piernas cuando me mira?, ¿sabrá que me gusta verlo un momento mientras duerme y yo escribo?
Bueno... el punto es ser feliz sin preguntarnos más.
Au Revoir!
2 Comentarios
Pensar en la gente que habla mal de uno es perder el tiempo
ResponderEliminarFELICITACIONES
Un beso
Muchas gracias, siempre tan lindo!! Sí, ya mejor no pensar en eso la gente no cambia y no tendría porqué importarnos. Saludos y un abrazo!!
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