Yo estaré un millón de años luz de casa

No están para saberlo ni yo para contarlo pero todo marcha viento en popa. Lo anterior no quiere decir que no existan problemas, lo que pasa es que he decidido no volver a tomar tanta importancia a lo que ocurra. Si bien, una persona en quien deposité mi confianza me traicionó de mala manera, opté por vivir el duelo (porque todo aquello que nos lastime requiere de un duelo) y alejarme, cosa que ha pasado tan pronto, ya llegué al punto en el que recuerdo lo ocurrido y me da risa, buen indicio.

El punto es que estoy oficialmente fuera de la crisis existencial de los 20's, tan fuera que aprendí a divertirme sin recurrir al alcohol (en año nuevo apenas si bebí), no me he emborrachado este 2018. Hasta me sorprendo de mi análisis a cada situación con una visión más adulta, por así decirlo. Me temo que mi psique se prepara para llegar a los 30. Poco a poco aquello que veía tan lejano y tan del ''mundo adulto'' se convierte en parte de mi vida. Cosas como tener cuentas que pagar, alguna deuda, un trabajo en el que en un par de meses cumpliré un año, hasta he adoptado un ciclo semanal en el que una hora la dedico a lavar mi ropa, no voy a la cama hasta que haya orden en el cuarto. Puedo ver como dejo paulatinamente las costumbres dignas de una adolescente para convertirme en la mujer que hace rato debía ser.

Ahora sí, si mi yo de 17 años me viera, es probable que se sienta orgullosa (igual no tan orgullosa jaja). Sin crisis existenciales para desahogar en este espacio, supongo mis visitas serán cada vez menos frecuentes. 
¿Qué sigue?
La vida, eso sigue.




Au Revoir!!

Publicar un comentario

0 Comentarios